martes, 30 de julio de 2013

¿Quiénes somos?


GUARDIANES DE LA MEMORIA

 
San Ignacio de Moxos es una antigua misión jesuítica de la actual Bolivia, rodeada de pampas, frondosos bosques e infinidad de cuerpos de agua: ríos, arroyos, lagunas y zonas pantanosas. Fue cosa del tiempo y de los hombres que la selva misionera devorara la utopía de una sociedad justa que trataron de construir los hijos de Loyola antes de su expulsión de Latinoamérica por defender los derechos de los indios. La música de entonces sigue sonando en San Ignacio de Moxos, donde son niños, adolescentes y jóvenes quienes ahora custodian ese tesoro, heredado de sus antepasados.


A los títulos que ostentaba de “Capital folclórica del departamento del Beni” y “Capital espiritual de las misiones jesuíticas del Cono Sur americano”, se ha unido recientemente el que distingue a su fiesta patronal como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Pero bajo esos títulos subyace otro intangible, que lo señala como la conciencia indígena del oriente boliviano. En realidad, esa fidelidad a sus raíces es el embrión de todas las demás riquezas que atesora. Por eso la identidad étnica es su mejor patrimonio.
 

El Ensamble Moxos, estandarte del Instituto Superior de Música y Turismo de San Ignacio de Moxos, en el corazón de la Amazonía, se ha convertido en uno de los principales embajadores de la Bolivia indígena, pluricultural y multiétnica. Su música reivindica la identidad y la memoria de un pueblo indígena secularmente oprimido, cuyos sueños postergados no le impiden reclamar dignidad y un lugar en el mundo, sin que su lucha cotidiana por la supervivencia, cazando, pescando y cultivando o desempeñando trabajos mal remunerados por cuenta ajena, le suma en el olvido.
           

Sus espectáculos, que han despertado la admiración de crítica y público en escenarios de 17 países de Europa y América Latina, resumen toda la gama del mestizaje que se produjo entre la música importada del viejo continente por los jesuitas y las expresiones nativas, con amplio despliegue coreográfico, incluyendo danzas, consustanciales a la música en Moxos. Bajo la batuta de Raquel Maldonado, integran el Ensamble una veintena de niños, adolescentes y jóvenes polivalentes, porque todos cantan, todos tocan más de un instrumento y todos bailan. Cautivan porque son espectáculos con identidad.

 
Detrás del Ensamble Moxos hay un ambicioso proyecto social y cultural, que enseña música de forma gratuita a más de 200 niños y adolescentes, en su mayoría indígenas de escasos recursos económicos. El Ensamble reúne a jóvenes profesores y a sus alumnos más aventajados. Sus frecuentes giras nacionales e internacionales y la venta de sus producciones musicales son el sostén principal del Instituto Superior de Música y Turismo de San Ignacio. Pero la supervivencia no es su único propósito, sino también el de preservar y difundir el tesoro musical que se fraguó en las selvas bolivianas con la llegada de los misioneros jesuitas. Cuando suena el Ensamble Moxos, está sonando la historia.




 

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